sábado, 18 de junio de 2011

El ruido de las cosas al caer


El nuevo premio Alfaguara, "El ruido de las cosas al caer" no es necesariamente un libro sobre el narcotráfico, sino sobre la generación que creció mientras Colombia se mezclaba más y más en ese negocio. Yo dividiría la novela en tres partes. La primera, y más interesante, podría llamarse 'el miedo' y se refiere a ese estado de cosas que sobrepasan la comprensión y hasta las buenas intenciones de una comunidad, donde aparece la gente de a pie totalmente desprovista de modos de actuar y que termina siendo víctima. La segunda, 'los orígenes', es una especie de explicación de la primera. Pierde mucho de la tensión narrativa y quizás debió haber sido más corta, dejando a los personajes en la beneficiosa bruma de lo que se sabe a medias. La última parte es 'una reconciliación', como ponerse finalmente en paz con el pequeño drama personal que se desprende de una gran tragedia colectiva. Muy bien contada, con un estilo transparente, la novela me recuerda, en sus propósitos y en la ejecución de lo que he llamado una primera parte, a la notable novela de Rodrigo Rey Rosa "El cojo bueno". Diría que el libro del guatemalteco es muy superior, principalmente por que se niega a proponer una forma de sanación del trauma más allá de saber lo que personalmente nos ha marcado. "El ruido" va por caminos similares, solo que no se detiene a tiempo y cierra con una vuelta al hogar y con un propósito de redención del protagonista

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